23.7.07

EN RUTA I

Ningún brillante COMO UNOS OJOS. Ángela Ibáñe



EN RUTA I

A veces construyo rutas hechizadas
En el tiempo desando los caminos
Mi isla perdida en los recuerdos
Ko Samui y Vázquez Montalbán
He recorrido Asia siguiendo mi destino,
Las sábanas del Rafles me adormecieron en Singapur
Kuala Lumpur me recibió con señales blancas
De retorno cíclico y permanente.
Tailandia fue un sueño dorado
lleno de amaneceres eternos
Java fue un sendero bordado de batiks
Al ritmo del gamelán con el incienso dulce
de los dioses que florecían sin dueño en Bali
y crecían multiplicados en estupas en Borobodur.
Para crepitar en las avenidas en moto de Yakarta
Y su plaza circular de la Merdeca
el año en que vivimos peligrosamente
Crucé Siberia en el tren que soñó Strogof
La tundra, los abedules, el vodka
El Baikal y sus aves buscando siempre más allá.
La casa de Dersu Uzala, el Yenisey y Andreniev
Fui la chica de Ipanema en las playas de Bahía
Viví entre las palmeras y busqué ballenas en Morro.
Bebí chai y arrastré tractores de leña
En el Kurdistán, subí al amanecer el Nenrut DAgi
Y vi los valles sagrados a mis pies
El Tigres y el Eufrates
Con la sed eterna de la historia
que sigue su curso de espaldas a la vida.
Bajo el árbol que me dio sombra sentí a Éfeso
Poblado y desierto de sus gentes, triste por su letargo
Me bañé en los brazos en el río de la plata
Que resultó fango arrastrado por la corriente
De un triste y falso tango arrabalero.

Ningún brillante me deslumbró tanto como unos ojos
Ningún reino me atrapó tanto como una historia
Contada al calor del fuego de un corazón
Me dieron alergias las soberbias
De los vanos de espíritu llenos de ambición
Conocí sabios nacidos en las calles
Habitados por vagabundos sin techo
Brindé y reí con poderosos
Pobres de humanidad
Con las manos secas
De tanto acumular
Descubrí África
y sus cielos sin acabar
la Cruz del Sur que ilumina
las noches alternas de la Estrella Polar
Dancé con las tribus
Y en todos los lugares me hicieron soñar
Con algunas miradas
Que pedían más.
Conocí el polvo de los caminos
El cansancio del cuerpo roto de trabajar
Y también el vino que embriaga
Los labios de la pasión
Y el agotamiento de amar
Incluso alguna vez
llegué a perder las manos
De tanto acariciar

2 comentarios:

Goldmundo dijo...

Hola, buenas tardes

Te invitamos a conocer el blog de literatura que hicimos: http://www.narcisoygoldmundo.blogspot.com/

Un saludo y muchas gracias por el espacio,
Narciso y Golmundo

A.I. dijo...

Hola amigos
gracias por la visita,
prometo colaborar en vuestro interesante blog.

saludos
Ángela