La Fragilidad del ser©Ángela Ibáñez |
La ciencia en mi vida y mi vida en la ciencia
Como todo ser humano, mi infancia fue un campo de experimentación y
ensayo, acierto/error, el campo del aprendizaje, desde el nacimiento, de manera
inconsciente, sea la genética de la especie en nuestro código genético para
sobrevivir (nuestro gen egoísta), sea por la aportación sociocultural de la
repetición de gestos y técnicas de manejo de herramientas como todos los primates.
La curiosidad innata (cercenada en muchas ocasiones por sistemas
educativos rígidos y obsoletos) y la continuada propuesta de preguntas que
surgían a cada paso, a cada descubrimiento del mundo que me rodeaba, o que
intuía, me llevaba a preguntar continuamente, a los demás y a mí misma…
Luego, cuando no alcanzaban las respuestas a mis preguntas, empecé a
devorar libros, de todo tipo, académicos y no académicos, los promocionados y
los escondidos. Buscando continuamente respuestas pues cada vez tenía más
preguntas. Preguntas personales, qué, quién, porqué, cómo, para que, con qué,
dónde, cuándo, que luego descubriría que son
Universales, y que, al estudiar la Historia, descubrí que las había
identificado y definido como tales Sócrates.
Es decir descubrí que uno al nacer respira, antes de que le enseñen
como respirar o comprender la anatomía, fisiología y funcionamiento del sistema
respiratorio humano.
Descubrí que la experimentación puede desbancar a las teorías…
Preguntas que se encadenaban de nuevo ante respuestas en vías muertas:
¡Cállate ya!, ¡Esta niña no se cansa de preguntar!, ¿Porqué, porqué? ¡Porque lo
digo yo!, miles de respuestas trampa que no me desanimaban, no paralizaban ni
mi mente ni mis palabras.
Muy pronto descubrí lo que era la mentira, un médico bonachón, siendo
muy niña, me dijo que el corazón no duele (la víscera claro), yo le hablaba del
corazón del alma…
La crítica, la experimentación, no creer ciegamente en nada, ni en
doctrinas sean políticas, económicas, religiosas, ni de las personas que amas y
te aman…
La búsqueda en distintos campos es mi camino y he aprendido más de mis
fracasos, numerosos, que de mis éxitos, escasos…
Cuestionar y avanzar, el planteamiento infantil creció conmigo y se
extendió por todos los apartados de mi vida, el personal con las relaciones de
familia, el entorno social, etc …
El esquema de pensamiento y mi caja de lápices y preguntas, qué,
quién, porqué, cómo, para qué, con qué, dónde, cuándo, las he llevado a mi
trabajo, a mis aficiones.
No conformarse con un “no lo sé”. Estudiar, formarse, aprender. Tener
curiosidad para llenar de estímulos todos los días de la vida y seguir hacia
adelante, aprendiendo siempre de todo y de todos…
La creación y la comunicación son los parámetros en que se basa mi
actitud personal en la vida. El no creer ciegamente ni en nada ni en nadie,
puedo cambiar mi opinión si con argumentos me demuestran que estoy equivocada. La verdad no es absoluta, cambia según el
momento, el enfoque, el paradigma…
Una ruta, que espero, como todos, sea larga, pero sobre todo intensa y
vivida con la brújula de la ciencia y la verdad en el horizonte…
En esa continua dualidad de crear y comunicar se han movido mis
intereses y mis motivaciones. El arte se
ha fundido con la ciencia de tal manera que son imprescindibles e insustituibles
en mi realidad vital, son las pulsiones que me hacen vivir con plenitud,
también que duda cabe, con cierto desasosiego y comezón interior que me lleva a
buscar siempre nuevos caminos, los menos trillados…
Las relaciones sociales, las redes que encontramos y formamos en
nuestro entorno cercano nos hacen sentir integrados en un grupo, nos dan esa
seguridad tribal de pertenencia, de clan… Satisfacen nuestras más íntimas, y
ciertamente primitivas, necesidades de aceptación por el otro, que presuponemos
igual… el calor, el cobijo de la cueva ante una naturaleza cruel y despiadada
han sido sustituidos por otras necesidades secundarias pero no menos imperiosas
que las primeras. Las fronteras, los colores de las banderas, los equipos de
fútbol, las modas del vestuario, todo nos agrega y seduce como nos diferencia,
enfrenta y aleja…
Todas estas relaciones sociales han cambiado profundamente al entrar
en acción las redes sociales, gracias a la aparición de Internet.
La ciencia me ha enseñado a relativizar, cuando aprendo o descubro
algo, en mi afán de comunicar, lo transmito rápido para que fluya y llegue a
los demás. Devolver a la vida lo que la vida te da…
Desde esos inicios, que todos hemos vivido, independientemente de
nuestra cultura o procedencia, de las relaciones sociales, llamémoslas
tradicionales, hasta el momento actual mucho ha cambiado la humanidad y sus
métodos de comunicación…
Desde la prehistoria y la comunicación por señales visuales, reflejos
de espejos en los Íberos, señales de
humo de distintos pueblos americanos hasta las primeras tablillas de arcilla mesopotámicas,
la línea del tiempo en la historia presenta un gran recorrido.
Distintas culturas y diferentes maneras de representar símbolos y
contenidos, lenguajes cuneiformes, símbolos egipcios (cambio de soporte con el
papiro). Siempre para transmitir al otro
la información, el conocimiento, además de la transmisión oral que no deja
huellas visibles… Pero hasta el viento, también invisible como la oralidad,
deja huella en las dunas…
El interés de la evolución de la comunicación, es el interés por la
transmisión del conocimiento, la pulsión vital que nos mueve a muchas personas,
pero de manera especial a los docentes que son parte vital en la transmisión
del conocimiento, aunque no los únicos ni exclusivos elementos que lo
propician, no hay que perder de vista a la persona y su propia capacidad de estímulo
personal y autoaprendizaje. Sería maravilloso lograr un equilibrio dinámico de interacción
entre estas partes que propiciara un avance positivo, aunar fuerzas en un único
vector que llevara lejos al ser humano y no una dispersión de fuerzas, como
ocurre con mucha frecuencia que fracciona el conocimiento en partes enfrentadas…
El conocimiento que llega a mí lo transmito y lo distribuyo para que
fluya y retorne, “la energía ni se crea ni se destruye sólo
se transforma” (Primera
ley de la termodinámica según Clausius y Thomson en 1850) la transferencia de esa energía se llama
“trabajo”, que es lo que me cuesta realizar esa transmisión de conocimiento, un glorioso y
satisfactorio trabajo que se llama compartir…
Transformemos esa energía en conocimiento y transmitámosla para que no
se agote ni muera.
Tras la revolución de la imprenta se cambió radicalmente la
transmisión conocimientos, la tarea manual de reproducir dejó paso a la
producción de cantidades de libros que una sola máquina podía realizar sin
cansarse ni equivocarse, se reproducían igual todos los ejemplares, eran
idénticos…
La revolución industrial amplifico aún más el efecto Gutemberg, las
máquinas con el vapor funcionaban más y mejor, los motores posibilitaban más horas
de trabajo y ampliar la producción de libros, el ferrocarril llevaba lejos
personas y cargas de todo tipo incluidas noticias, la distancia en el mundo en
los viajes y en la transmisión de la información y el conocimiento se
acortaban, el telégrafo, el teléfono, la electricidad, la radio… Multiplicaban
la rapidez de crecimiento y el asombro ante los nuevos descubrimientos que
cambiaban el mundo gracias a la técnica, a la ciencia…
Cuando llegué a esta tierra todo esto ya estaba acontecido, pero las
maravillas de la mente humana no dejan de sorprendernos y emocionarnos…
La revolución de las comunicaciones, la información y el conocimiento
se transmiten y llegan más lejos. La compresión de la información, los códigos
binarios, las estructuras que generan microsistemas
integrados con información en los ordenadores…
Las primeras tarjetas perforadas con ordenadores, máquinas con
toneladas de peso, caras, lejanas, imposibles… La investigación, los lenguajes,
Cobol, programación, html, CPU, virus, van incorporándose en nuestro lenguaje
nuevas palabras, nuevos conceptos, nuevos paradigmas…
La portabilidad, los primeros teléfonos móviles, pierden el cordón
umbilical que los ata a un lugar, y vuelan libres (aunque en los inicios
todavía muy pesados y caros) hacia la oreja de los pocos oyentes que pueden
permitirse comprarlos…
Los ordenadores van encogiendo su tamaño pero ampliando su memoria y
posibilidades de actuación, los programadores ya han metido contenidos, no hace
falta para usarlos conocer su lenguaje. Se ponen de acuerdo los fabricantes
para producirlos en masa y abaratar los costos.
Se hacen portátiles, se pueden transportar y usar en cualquier lado
con una batería adecuada…
Y por fin Internet, la red de redes hace su aparición, la última
revolución que trastoca nuestra realidad y la manera de comunicarnos y
transmitir información. Como tantas otras cosas lo que surge como un sistema de
comunicación secreto para la defensa de un país se convierte en la herramienta
de comunicación y gestión de conocimiento más potente que existe en estos momentos
a nivel mundial.
Equivocarnos, errar nos ayuda a aprender más porque es desandar y
volver a tener que elegir caminos nuevos, que al haber acertado hubiésemos
desechado o ignorado…
Grandes inventos han sido el resultado de grandes fracasos, se buscaba
una cosa y se encontraba otra, pero sólo lo veían las personas con la mente
abierta y sin ideas preconcebidas…
La revolución informática con Internet, la transmisión de la
información y el conocimiento rompe tiempo espacio, transforma la relación
social, generando nuevas redes sociales que están en pleno proceso de
desarrollo y transformación, para lo bueno y para lo malo…
Entre lo bueno “La revolución educativa con las TIC” que genera un
verdadero terremoto académico a nivel educativo, se rompen los formatos y se
trasciende en una educación ubicua, que favorece la transversalidad y el
pensamiento creativo, así como el autoaprendizaje.
Estamos en pleno proceso de cambio en la transmisión de los
conocimientos y todo ello nos lleva a encontrar nuevas formas, como la Khan
Academy que genera a través de pequeños vídeos educativos sobre matemáticas
creados sin grandes pretensiones un modelo educativo que inspira la educación
masiva en abierto, los MOOC.
Hace un tiempo escribí un tweet mío “Dadme un MOOC y moveremos el
mundo", es lo que da título a este trabajo. En él hacía referencia a la fuerza y
posibilidades que nos dan los MOOC, después de todas las revoluciones citadas
previamente, la de la transmisión del conocimiento en los MOOC me parece la más
relevante.
La revolución de la educación masiva, gratuita y en abierto me parece
de las revoluciones más importantes a nivel mundial para las personas,
posibilita el acceso de la educación, del saber, del conocimiento y ello puede
llevar al ser humano tan lejos como quiera…
Estamos inmersos en unas nuevas redes sociales en las que
intercambiamos contenidos, ideas, propuestas, participamos en foros, opinamos,
compartimos. Vemos y escuchamos a nuestros profesores en vídeos que podemos
parar cuando nos interese, repetir las veces que necesitemos sin cansarlo con
nuestra repetición y/o insistencia. Podemos llegar a publicaciones, libros,
revistas, repositorios de prestigiosas Universidades y templos del saber cerrados
a cal y canto en siglos previos salvo para eruditos…
Confrontamos teorías y opiniones que enriquecen nuestros
conocimientos, bien sea porque refuerzan nuestros argumentos bien sea porque
aportan nuevos conceptos que nos descubren horizontes ignorados…
Una revolución generosa de compartir, transmitir y ampliar
conocimientos a nivel mundial…
Transformemos toda la energía en conocimiento y transmitámosla para
que no se agote ni muera, los MOOC son una buena muestra de ello.
Como la leyenda del eterno retorno: El conocimiento nos lleva a la
ciencia ‐ La ciencia nos cambia ‐ Nosotros cambiamos el mundo ‐ Cambiamos los
paradigmas ‐ Cambiamos la técnica- Avanzamos ‐ Se transmite el conocimiento con
la técnica ‐ La ciencia vuelve a cambiar el conocimiento ‐Cambia la técnica ‐ La
técnica multiplica el conocimiento llevándolo a todo el mundo: los MOOC.
Continua el ciclo del eterno retorno y el bucle sigue creciendo y
evolucionando retroalimentándose y avanzando, creando nuevas espirales, nuevos
caminos que universalizan el conocimiento.
Transformemos toda la energía en conocimiento y transmitámosla para
que no se agote ni muera, los MOOC son una buena muestra de ello
©Ángela Ibáñez
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