COPLILLAS DE INVIDENTE CIBERNÉTICO
(Antiguas coplas de ciego)
El día en que murió bin laden
Yo era un poeta en paro.
Las buenas palabras
Iban demasiado caras
Para un neuroasiático
Occidental que comía,
de vez en cuando,
de manera natural.
Las palabras lechuga, pollo,
de uso habitual,
alimentaban
las hojas en blanco
que con ahínco pedían
su ración diaria
de justicia social.
El slowfood
Era sólo de manual
Al no tener nada
Para yantar
En los círculos concéntricos
De la promoción social
Entrada y cuota
demasiado altas
En estima
Para poderlas pagar
Sin perder la dignidad
La fama era un máster
A cuatro fases
Caro, bien publicitado
Sin garantía
de colocación
Final
Las loas, los antiguos cánticos
Sólo servían en periodo preelectoral
Los cargos fijos
Ya estaban copados
Y a veces capados
Por la orbe poetaria
Institucional
Pobre horizonte creativo
Para ganarse el pan…
©Ángela Ibáñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario