Una mujer es un ser humano y tiene derecho a su identidad, a su voz, a su palabra, a su rostro, a su cuerpo; a su libertad... No es una sombra de alguien que la utiliza en la cama, en la cocina, en la casa, sea en nombre de cualquier creencia o de cualquier dios...
Luis del Val se hace eco en su sección del Periódico de Aragón, de un suceso, como tantos otros que atentan contra la integridad y los derechos de las mujeres.
La muchacha tenía dieciocho años y siete hombres la sorprendieron, dentro de un automóvil, con un compañero de la universidad.
La muchacha quería que su compañero le entregara unas fotos que les había hecho a ella y a otra compañera de clase, a la salida de clase. Los siete hombres se enfrentaron a la pacífica pareja de jóvenes, golpearon al chico, y a la muchacha la golpearon y la violaron. Los siete, uno tras otro.
El tribunal, tras conocer los hechos, ha condenado a la muchacha a seis meses de cárcel y a recibir doscientos latigazos. Doscientos latigazos en una sola sesión pueden matar a una persona, por lo que la pena se convertiría en una pena de muerte, así que el magnánimo tribunal ha decidido que le propinen todos los latigazos pero a plazos. Primero unos veinte, luego esperar que se recupere de la paliza, después otros veinte, hasta sumar los doscientos.
¿Y a los siete violadores? A los siete violadores no se les ha encontrado culpables de nada, porque actuaron indignados por la transgresión de la ley islámica, ya que el chico con el que estaba la muchacha no era ni su padre, ni su hermano, ni su esposo, únicos hombres con los que una mujer puede estar a solas. Los siete valientes ciudadanos, no pudieron resistir tamaña provocación y fueron violando a la chica, uno tras otro. Esta historia ha ocurrido en estos primeros años del siglo XXI, en Arabia Saudita. Y no es la única.
En los aviones que salen de Riyadh hacia las ciudades occidentales, hay otra historia: muchas mujeres con velo entran a la toilette y salen ataviadas con zapatos de tacón, piernas a la vista cubiertas con medias hasta donde la falda permite, sin velo, es decir, como visten las mujeres de las ciudades a las que van a visitar. Saben que en esas ciudades ningún tribunal las va a condenar por vestir de manera indecente.
La muchacha quería que su compañero le entregara unas fotos que les había hecho a ella y a otra compañera de clase, a la salida de clase. Los siete hombres se enfrentaron a la pacífica pareja de jóvenes, golpearon al chico, y a la muchacha la golpearon y la violaron. Los siete, uno tras otro.
El tribunal, tras conocer los hechos, ha condenado a la muchacha a seis meses de cárcel y a recibir doscientos latigazos. Doscientos latigazos en una sola sesión pueden matar a una persona, por lo que la pena se convertiría en una pena de muerte, así que el magnánimo tribunal ha decidido que le propinen todos los latigazos pero a plazos. Primero unos veinte, luego esperar que se recupere de la paliza, después otros veinte, hasta sumar los doscientos.
¿Y a los siete violadores? A los siete violadores no se les ha encontrado culpables de nada, porque actuaron indignados por la transgresión de la ley islámica, ya que el chico con el que estaba la muchacha no era ni su padre, ni su hermano, ni su esposo, únicos hombres con los que una mujer puede estar a solas. Los siete valientes ciudadanos, no pudieron resistir tamaña provocación y fueron violando a la chica, uno tras otro. Esta historia ha ocurrido en estos primeros años del siglo XXI, en Arabia Saudita. Y no es la única.
En los aviones que salen de Riyadh hacia las ciudades occidentales, hay otra historia: muchas mujeres con velo entran a la toilette y salen ataviadas con zapatos de tacón, piernas a la vista cubiertas con medias hasta donde la falda permite, sin velo, es decir, como visten las mujeres de las ciudades a las que van a visitar. Saben que en esas ciudades ningún tribunal las va a condenar por vestir de manera indecente.
O sea, que esas mujeres sí pueden practicar la "alianza de civilizaciones".
5 comentarios:
Trabajo interesante alrededor de la literatura y su influencia cotidiana...dejo mis enlaces.
María Alejandra García M.
Subdirectora
Centro Literario El Túnel
metzwey@yahoo.es
Hola estoy creando un periódico digital y me gustaría que colaborases conmigo.
Agrégame a Messenger y hablamos.
Un saludo. Jose Guillermo. Lonuestro27@hotmail.com
Hola Angela :
cuantas historias como esta
nos dan la sensacion que
sobre este planeta
aun transitamos la
Pre-Historia del "H. Sapiens" !
Ayer mismo, por aqui,
escuchamos a una
anciana cobardemente
agredida por un asaltante.
Son sucesos que-
desgraciadamente- ya son
parte de la rutina diaria.
Un saludo afectuoso.
Aberrante, Angela, asi es. Y en el 20, el 19, el 18 y...
Un abrazo para ti
Me ha puesto los pelos de punta, de verdad. A veces no nos damos cuenta de la suerte que tenemos, lo que para nosotros es algo tan normal y cotidiano, a otras puede costarles la vida. Me ha encantado conocer tu blog. Un saludico!!
http://1balcon.blogia.com/
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