22.9.07

DOLOR POR UNA TIERRA HERIDA.

Dolor por una tierra herida II.©Ángela Ibáñez
Erosions and Renaissance Act 6: DESERTIFICATION

Me llega este trabajo de Abel La Calle a través de UNIA, ARTE Y PENSAMIENTO presentado en las Jornadas de Arte y Territorio, lo cuelgo aquí porque es un tema importante y que no se está tomando demasiado en serio. Cuando ves determinada publicidad de macroemporios y resots millonarios apoyados por el tirón de caras que se han hecho populares por el fútbol o por la prensa del cotilleo rosa, antes prensa amarilla por la falta de seriedad de los planteamientos y contenidos y no digamos de las fuentes, cuando se ve esta macropublicidad en la televisión se revuelve el estómago si se plantea un análisis serio del tema. Se lo remito sobre todo a Inde, ayer comentamos el tema, entre otros muchos, en las VII JORNADAS DE INTERNET EN ARAGÓN, con la que compartí estrado junto a Ana Manzana y Mariela. (Luego comento en detalle)

RESÚMENES DE LAS INTERVENCIONES EN LAS JORNADAS SOBRE CAPITAL Y TERRITORIO (DE LA NATURALEZA DEL ESPACIO... Y DEL ARTE). TARIFA, 17_19 ABRIL 2007. EXPERIENCIAS ACTIVISMO TERRITORIO.

INTERVENCIÓN DE ABEL LA CALLE: PANGOLFISMO Y TERRITORIO EN ALMERÍA

Abel La Calle, abogado y profesor de Derecho en la Universidad de Almería, analizó las causas e implicaciones económicas, sociales y ambientales del "pangolfismo", un fenómeno que alude a la proliferación de promociones inmobiliarias que se basan en la construcción de conjuntos residenciales alrededor de un campo de golf. En los últimos años, se han creado urbanizaciones de este tipo en numerosos puntos del Estado español, especialmente en zonas costeras como la Playa de Macenas de Mojácar (Almería) -un lugar que sufre altos índices de estrés hídrico1, donde la empresa Med Group está instalando una de sus "ecológicas" comunidades residenciales con campo de golf incluido.


Los defensores de este tipo de promociones argumentan que propician una regeneración socio-económica de los municipios en los que se construyen, posibilitando a corto y medio plazo la revalorización del suelo, la creación de nuevas infraestructuras, el aumento de los ingresos por turismo y un incremento del empleo (aunque éste, en la mayoría de los casos, es temporal y de baja cualificación).


Beneficios relativos y, en gran medida, efímeros que, en opinión de Abel La Calle, no compensan los graves impactos sociales y ambientales que provocan. Entre los primeros se podría mencionar la pérdida de diversidad cultural y arquitectónica (imponiendo un modelo de vida urbano en zonas rurales y rodeando el caserío antiguo de estos municipios con viviendas que tienen una tipología formal muy estandarizada), así como las tensiones que se generan entre los residentes fijos -que están dispuestos a pagar tasas más altas para tener garantizado ciertos servicios públicos- y los temporales -que, por lo general, quieren gastar, lo menos posible. Entre los impactos ambientales, Abel La Calle destacó la transformación de suelo natural en suelo urbano, lo que conlleva una pérdida de diversidad biológica y paisajística; el aumento del riesgo de estrés hídrico, especialmente en zonas como Almería, una provincia en la que las precipitaciones medias anuales son inferiores a los 250 litros por metro cuadrado; y la complicación de la gestión de la logística urbana, pues es muy difícil (y, sobre todo, muy caro) cubrir con eficacia las necesidades de infraestructura y servicios públicos que genera este tipo de urbanismo difuso y horizontal.


Asumiendo que la causa principal de la expansión de este urbanismo difuso deriva de la asunción por gran parte de la población de la tesis capitalista de que el progreso social y cultural sólo se puede conseguir a través del crecimiento económico, Abel La Calle cree que, en el caso español, hay también motivos coyunturales que explican el "éxito" tan espectacular que han logrado las promociones residenciales asociadas a campos de golf. Hay que tener en cuenta que las administraciones locales suelen disponer de unos presupuestos muy exiguos y la imposición de cualquier tasa o impuesto genera un gran rechazo. Con estas operaciones urbanísticas, los ayuntamientos obtienen una gran "liquidez de caja" y, con ello, capacidad de realizar inversiones, algo que aprovechan quienes ostentan el poder municipal para defender su gestión (y conseguir así la reelección) con el argumento de que están mejorando el nivel de vida de su localidad. Para las inmobiliarias, estas promociones representan un gran negocio, pues les permiten vender las casas como "viviendas verdes", lo que aumenta considerablemente su valor (entre un 30% y un 50%). "A esto habría que añadir", denunció Abel La Calle, "que, a menudo, las inmobiliarias compran como suelo no urbanizable el terreno sobre el que construyen dichas promociones, consiguiendo posteriormente que lo recalifiquen".
A día de hoy, no existen herramientas normativas que permitan regular con eficacia este tipo de desarrollo urbanístico. Por ello, Abel La Calle, que es vicepresidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, cree que es necesario aprobar una moratoria que al menos posibilite frenar la expansión incontrolada de estas promociones inmobiliarias. A su juicio, los planes territoriales de ordenación del territorio deberían exigir que los campos de golf se instalen siempre en zonas ya urbanizadas. O que, en todo caso, no impliquen la construcción de nuevas áreas residenciales a su alrededor. "Pues lo que más impacto tiene sobre el territorio", subrayó, "no son los campos de golf en sí mismo, sino el tipo de urbanización difusa que estas promociones fomentan".


En este punto de su intervención, Abel La Calle analizó el discurso metafórico que utiliza la empresa Med Group para publicitar las "comunidades residenciales" asociadas a campos de golf que está construyendo en numerosos puntos del litoral mediterráneo español. "A juzgar por las imágenes y los textos que aparecen en su página web", indicó, "Med Group no vende viviendas sino felicidad ('creamos espacios y viviendas pensados para que las personas disfruten más de la vida y vivan mejor') y naturaleza ('todos nuestros proyectos se integran armoniosamente en su entorno natural')". En opinión de La Calle, con este tosco pero eficaz discurso metafórico, Med Group logra camuflar la auténtica finalidad de sus promociones inmobiliarias: obtener beneficios económicos a través de la especulación con el territorio.
Hay que tener en cuenta que esta compañía forma parte del complejo entramado financiero que ha creado el multimillonario estadounidense de origen húngaro, George Soros, cuya fortuna es fruto de sofisticadas operaciones especulativas que han hecho tambalear a instituciones tan poderosas como el Banco de Inglaterra. Esa filosofía especulativa es la que ha provocado el "tsunami urbanizador" que sufre actualmente España, donde el número de viviendas construidas en los últimos años supera la suma de todas las que se han realizado en el mismo periodo de tiempo en Gran Bretaña, Alemania y Francia. "Por otro lado", señaló Abel La Calle en la fase final de su intervención en las jornadas Sobre capital y territorio (de la naturaleza del espacio... y del arte), "el supuesto compromiso con el medioambiente y con los principios de sostenibilidad que Med Group asegura que tiene, se contradice con lo que vemos que está haciendo en la playa de Macenas2, donde está provocando el deterioro irreparable de un espacio natural de importantes valores ambientales (uno de los pocos del litoral levantino almeriense que permanecía sin urbanizar)".


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