13.3.11

JAPÓN: EL PRECIO DE LA ENERGÍA ATÓMICA

Atrapados.© Ángela Ibáñez


Japón llora en silencio a sus muertos, pero es más urgente salvar a los vivos, tras el terrible terremoto y el devastador tsunami, el riesgo nuclear demuestra que el ser humano es un pequeño elemento que poco tiene que hacer ante la naturaleza que supera con creces cualquier previsión y/o pronóstico. Existen tantas variables desconocidas y matemáticamente impredecibles que la soberbia generalizada de ser superior que tiene el hombre en sus arbitrarias decisiones pone en peligro la seguridad y la integridad de tantas personas que creen en los beneficios rápidos de la energía nuclear.

Somos pequeños niños jugando con juguetes peligrosos que nos pueden estallar en las manos. La energía nuclear tiene algunas ventajas cuando se controlan todas las variables, pero eso es una utopía salvo en un sistema perfecto y absolutamente imposible como estamos viendo. Cuando los riesgos son mayores que las ventajas está claro que hay que desecharlo. El planteamiento general de que es por el bien de la mayoría, cuando lo sacrificable es parte de esa mayoría, pierde el sentido y sobre todo la ética de la cuestión planteada. Que mueran unos miles de personas por una explosión nuclear o se contamine parte de la población con niveles de radiación peligrosos que generan enfermedades, mutaciones, etc… no importa si esa energía sirve, en teoría, para mejorar la calidad de vida de esas personas. ¿Qué calidad? ¿Qué vida?

La experiencia que está viviendo Japón en estos momentos nos debe llevar a reflexionar sobre la energía nuclear y sus consecuencias a todos los niveles, un debate, no sólo político, sino social… y una revisión de los planteamientos…

El hombre parece ser el único animal que no aprende de sus errores, hasta los castores abandonan sus diques después de un tiempo…

Japón sufrió en su propia carne la destrucción del horror de las bombas atómicas en Hirosima y Nagasaki, desde la paz ha reconstruido su país llegando a tener centrales nucleares, como tantos otros lugares del globo buscando una energía barata y asequible, pero como estamos viendo a qué precio…

Las centrales nucleares de Onagawa y Fukushima tienen en vilo a Japón y al mundo entero, recordando y llenando nuestras retinas de tristes imágenes de Chernobil

Entonces nadie pensaba que esto podía pasar y mucho menos que tan pronto se podía repetir…

1 comentario:

Pau Llanes dijo...

¿Y el precio de vivir?